Wednesday, March 10

how to...


Botones, agujas, hilos, alfileres, tijeras… y lo más importante, máquina de coser, telas, telas y más telas. Es gracioso pensar que a mis casi 27 años de edad (¡oh Dios! ya casi son 3 décadas) deseo aprender a coser. Desde que tengo uso de razón mi mamá cose y hasta el sol de hoy todavía lo hace. Lo peculiar del caso es que ni a mi hermana Glenda ni a mí nos interesaba aprender a coser, es más, lo odiábamos. Creo que es como comer desde los cinco años arroz con corn beef tres veces por semana, 10 años después te va apestar.

Cuando pequeña mi mamá nos arrastraba a mi hermana y a mí al Telar, Capri, La Aguja y a cuanto sitio que tuviera que ver con costura. Cualquier sitio en el lugar más incógnito, mi mama tenía conocimiento de él. Y la mejor parte es que todavía tiene ese don, como quien dice “ella mantiene su guía updated”.

Entre un mar de telas e ideas Glenda y yo crecimos. En lo personal era genial, porque mamá nos cosía - y todavía nos cose - trajes, uniformes, en fin todo tipo de ropa que el momento especial lo amerite. Así que hace unos meses decidí aprender a coser, y quien mejor que mi mamá como maestra. El propósito de este blog es compartir mi experiencia con ustedes y quien sabe si inspiro a una que otra persona.

Esta semana tuve mi primera clase y aprendí lo básico de lo más básico: equipo necesario, instrumentos para medir, para marcar, para cortar, etc. Además aprendí que esto NO es fácil, que hay que dedicarle tiempo y ponerle empeño. Comenzando desde cero, con rueditas en la bicicleta o si no me caigo y me doy senda pelá en las rodillas. Después de mi primera clase, definitivo que no podré hacer un traje en 10 días pero a eso vamos… como dije, dedicación y empeño.

Para la próxima prometo traer fotos de lo que tenga y unas cuantas cositas más. Espero que disfruten lo que traiga semanalmente.

God bless!!!

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